¿Te imaginas elaborar tu propio queso en una cabaña pasiega o recolectar setas con un guía micológico experto?
Cantabria te ofrece experiencias gastronómicas únicas que van mucho más allá de las tradicionales rutas de pinchos. Si buscas sumergirte en la cultura culinaria de nuestra tierra de una forma diferente y participativa, estas propuestas te van a encantar.
El mundo del queso artesanal: de la vaca a tu mesa
Los Valles Pasiegos guardan muchos secretos que merece la pena descubrir. En La Lleldiria, una fermentería ubicada en una cabaña pasiega rehabilitada en San Roque de Riomiera, podrás conocer de primera mano cómo se elaboran los quesos artesanales.
Esta pareja de emprendedores ha convertido su pasión por los fermentados en una forma de vida, y te invitan a conocer su obrador y cava de maduración. La experiencia incluye una degustación de sus quesos y kombuchas, acompañados de otros productos locales de los valles.
En el Valle de Soba, la quesería Quesoba te abre las puertas de sus instalaciones donde podrás ver todo el proceso de elaboración. Lo que hace especial esta visita es su aula de interpretación del queso, un espacio creado específicamente para entender mejor este arte milenario. Si te quedas con ganas de más, puedes completar la experiencia con un cocido montañés en su comedor.
Para los que prefieren mancharse las manos, La Jarradilla en el Valle del Pisueña ofrece talleres prácticos donde tú mismo elaborarás queso o mantequilla siguiendo métodos tradicionales. Es una actividad perfecta para hacer en familia, ya que tienen programas adaptados para los más pequeños.
Experiencias micológicas: el bosque en tu plato
Entre octubre y diciembre, los bosques de Cantabria se convierten en un paraíso para los amantes de las setas. Las rutas micológicas guiadas organizadas por Tupiq te permiten adentrarte en este fascinante mundo de la mano de guías titulados que te enseñarán a identificar las especies comestibles y a recolectarlas de forma sostenible.
La experiencia comienza con una introducción al reino de los hongos y continúa con una salida de unas tres horas por el bosque. Al regresar, participarás en un taller de identificación donde aprenderás las características de cada especie. Los domingos, puedes optar por la experiencia completa que incluye un show cooking a cargo del cocinero Antonio Vicente, quien preparará un menú degustación con las setas recolectadas y productos locales.
De la tierra al plato: huertos y plantas silvestres
La gastro experiencia silvestre te descubre un mundo que nuestros abuelos conocían bien: el de las plantas silvestres comestibles. Entre febrero y abril, cuando la naturaleza despierta, podrás participar en rutas botánicas donde aprenderás a identificar y recolectar estas plantas que durante siglos formaron parte de la dieta tradicional.

La actividad incluye un paseo de dificultad fácil donde el guía, ingeniero técnico forestal, te explicará los usos culinarios y medicinales de cada planta. Después, en un taller de cocina participativo, elaborarás varios platos con lo recolectado. Es una experiencia que te conecta con la sabiduría ancestral de nuestros pueblos.
Bebidas con historia: destilerías y bodegas
En la costa oriental de Cantabria, Bodegas Vidular ha recuperado la tradición vitivinícola en una zona donde el cultivo de la vid había desaparecido hace casi un siglo. Sus viñedos, situados cerca del mar en la Junta de Voto, producen vinos blancos de variedades como Chardonnay, Albariño y Treixadura. La visita incluye un recorrido por los viñedos y la bodega, ubicada en una casa montañesa de más de 200 años.
En el Valle de Liébana, la Bodega Picos de Cabariezo mantiene viva la tradición del orujo, esa bebida de alta graduación que ha acompañado las sobremesas lebaniegas desde tiempos medievales. Durante la visita conocerás la historia de esta bodega artesanal, verás el proceso de destilación y disfrutarás de una cata de vinos y licores acompañados de productos locales. Si visitas la zona puedes aprovechar para conocer también el Monasterio de Santo Toribio.
El mar en conserva: anchoas artesanales
Santoña es sinónimo de anchoas, y Conservas Emilia te permite descubrir todos los secretos de este manjar del Cantábrico. Esta empresa familiar, ganadora del premio a la Mejor Anchoa del Cantábrico en 2019, mantiene la elaboración artesanal de sus conservas, trabajando las anchoas una a una.
La visita te lleva por todas las fases del proceso: desde la llegada del pescado fresco hasta el envasado final. Si quieres vivir la experiencia completa, puedes participar en un taller donde tú mismo elaborarás anchoas (ellos te proporcionan el uniforme). La actividad termina con una degustación de anchoas, boquerones, bonito y gildas.
Dulces tradicionales: sobaos y quesadas
Los sobaos y quesadas son parte inseparable de la identidad pasiega. En Selaya, Sobaós y Quesadas Joselín no solo elabora estos dulces siguiendo recetas de tres generaciones, sino que ha creado un museo dedicado al sobao donde podrás conocer la historia de este bizcocho que nació en tiempos de escasez.
Lo más especial es su taller de elaboración de sobaos, disponible de jueves a domingo. Durante unas dos horas aprenderás los secretos de la receta tradicional y te llevarás a casa los sobaos que tú mismo hayas elaborado. Es una forma deliciosa de entender la cultura pasiega.
La dulzura de las abejas: apicultura
En los Picos de Europa, Colmenares de Vendejo produce miel con Denominación de Origen Miel de Liébana. Su propietario, Rubén Varona, combina su trabajo como guarda forestal del parque nacional con la apicultura, lo que le permite conocer perfectamente el entorno donde sus abejas recolectan el néctar.
La visita te acerca al fascinante mundo de las abejas y te permite conocer cómo la riqueza floral de Liébana se traduce en mieles de características únicas: la miel de mielada, de color ámbar oscuro y sabor ligeramente amargo, y la miel monofloral de brezo. Descubrirás también cómo estas mieles forman parte de dulces tradicionales como los frisuelos o el turrón de Potes.
Cuándo vivir estas experiencias
Cada experiencia tiene su momento ideal. Las rutas micológicas brillan entre octubre y diciembre, cuando los bosques están en su máximo esplendor. Las plantas silvestres se recolectan preferentemente entre febrero y abril. El resto de experiencias están disponibles durante todo el año, aunque siempre es recomendable contactar previamente para asegurar disponibilidad.
Consejos para disfrutar al máximo
Te recomendamos reservar con antelación, ya que muchas de estas experiencias tienen plazas limitadas para garantizar su calidad. Si tienes varios días, puedes crear tu propia ruta temática combinando varias actividades: por ejemplo, visitar una quesería por la mañana y una bodega por la tarde.
Muchos de estos productores ofrecen venta directa, así que es una excelente oportunidad para llevarte a casa productos auténticos y de máxima calidad. Algunos incluso disponen de alojamiento rural, lo que te permite vivir una experiencia más completa y pausada.
Estas experiencias gastronómicas te permiten conocer Cantabria desde otro punto de vista, conectando con las personas que mantienen vivas nuestras tradiciones mientras las adaptan a los nuevos tiempos. Es turismo sostenible, educativo y, sobre todo, delicioso. ¿Te animas a descubrir los sabores más auténticos de nuestra tierra?