El avistamiento de aves es quizás una de las actividades con los seguidores más fieles, quizás solo igualados por los aficionados a las orquídeas. Para estos viajeros que buscan un turismo alternativo de calidad, Cantabria les ofrece varios enclaves para ver aves de los cuales hemos seleccionado unos pocos en este post.
Parque Natural de las Marismas de Santoña
El Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel es un importante enclave de biodiversidad en España. Destacan las temporadas de primavera y otoño como momentos ideales para observar aves migratorias y especies marinas. El parque abarca más de 6.500 hectáreas y se encuentra en los municipios cercanos a Ampuero.
Es un lugar estratégico en la ruta migratoria de aves acuáticas, que viajan desde el norte de Europa hasta el sur de Europa y África. Además, es una Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) y alberga más de 15.000 ejemplares de 120 especies durante el invierno. Destacan especies como la espátula, colimbos, somormujos, cormoranes, garzas, gansos, patos, rálidos, limícolas, gaviotas y charranes.
La mejor manera de explorar las marismas es seguir un recorrido establecido que discurre sobre los diques de la Marisma de Solija, al norte de Santoña, y un camino paralelo a la carretera C-629 entre Santoña y Berria. El itinerario, de 2.300 metros, puede completarse en unas 2 horas y cuenta con paneles explicativos en seis paradas.
Además de las aves, el parque es hogar de mamíferos como la comadreja y el turón. En el encinar de Monte Buciero, es posible avistar zorros, ginetas, tejones y garduñas, así como reptiles como la lagartija ibérica y la roquera.
Marismas de El Astillero
Las Marismas Negras, ubicadas en el término municipal del Astillero, son un sistema de lagunas de agua salada conectadas con la Ría de Boo. Destacan por su valor ornitológico y la presencia de numerosas aves acuáticas. Este espacio fue recuperado en 2007 por el Ministerio de Medio Ambiente y el Ayuntamiento de Astillero ya que es una zona degradada por la actividad industrial.
La Reserva de Las Marismas Blancas es una laguna de agua dulce con pendientes suaves y aguas someras. Se caracteriza por la presencia de una abundante vegetación palustre, como carrizo, espadaña y juncos. Está dividida en dos por un dique central, que separa un área de aguas poco profundas al norte y una mayor superficie de aguas libres al sur. La reserva está rodeada parcialmente por la Ría de Boo y cuenta con un observatorio y caminos que bordean toda la laguna para facilitar la observación.
Estos humedales se encuentran en proceso de recuperación y se puede pasear por ellos, ya que tienen comunicación entre sí. La laguna más grande está conectada con la Ría de Boo a través de una estrecha entrada, mientras que las demás están interconectadas mediante tuberías. Esto genera un desfase de tiempo entre las mareas en la ría y las lagunas debido a los estrechos pasos de agua.
El Ayuntamiento de Astillero, en colaboración con SEO/BirdLife, ha desarrollado un proyecto para mejorar y recuperar los valores naturales del humedal, así como facilitar el acceso ordenado del público. Entre las aves acuáticas que se pueden observar se encuentran el ánade azulón, porrón europeo, cuchara común, garza imperial, gaviota patiamarilla y garceta común, entre otras especies como el escribano palustre, avetorillo, aguilucho lagunero y ruiseñor bastardo.
Los buitres de Pico Candina
El monte Candina, ubicado entre Laredo y Castro Urdiales, alberga un tesoro natural una colonia de buitres leonados. Estas majestuosas aves sobrevuelan un paisaje épico con el mar Cantábrico de fondo, que incluye playas, acantilados, formaciones kársticas y las ruinas de una antigua mina de hierro.
Solo hay dos lugares en el mundo donde se pueden observar estas aves en acantilados junto al mar: uno en Croacia y otro en Cantabria. Sin embargo, en Cantabria se pueden ver volar desde muy cerca, sobre la playa de Sonabia.
Esta colonia de buitres leonados es la más numerosa de Cantabria con más de 100 parejas nidificantes. También se pueden encontrar otras aves en la zona, como el alimoche y el halcón peregrino.
Las cigüeñas de Villaescusa
Si eres un amante de las cigüeñas, no puedes dejar de visitar Villaescusa al menos una vez. Este encantador pueblo se encuentra en el sur de Cantabria, en la comarca de Campoo-Los Valles y pertenece al municipio de Campoo de Enmedio.
Cada año, numerosas cigüeñas eligen anidar aquí. Después de regresar de su migración desde África, que ocurre a principios o mediados de febrero, comienzan el proceso de reproducción. Realizan la puesta de aproximadamente cuatro huevos entre los meses de marzo y abril. Después de alrededor de un mes de incubación, los pequeños polluelos, conocidos como cigoñinos, nacen y se vuelven independientes a partir de los tres meses de edad. Hacia mediados de agosto, abandonan sus lugares de cría y emprenden el viaje de regreso hacia África.
Villaescusa se convierte en un verdadero paraíso para las cigüeñas durante esta temporada. Observar cómo estas aves construyen sus nidos, cuidan de sus crías y finalmente emprenden su migración es un espectáculo fascinante para los amantes de la naturaleza. Es un ciclo de vida impresionante que se repite año tras año en este pintoresco pueblo.
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