En un post anterior hemos hablado de las cuevas más impresionantes del norte de España.
Sin embargo, todavía no hemos hablado del arte rupestre en Cantabria y las cuevas que contienen estas pinturas tan importantes.
El Arte Paleolítico en Cantabria es un tesoro invaluable, ofreciendo una visión hacia el pensamiento de los antiguos pobladores del Paleolítico medio-superior, abarcando el periodo desde hace 65,000 hasta 9,000 a.C. En este post, exploraremos las pinturas y grabados en las cuevas, analizando su importancia, la historia de la investigación y la riqueza cultural que han dejado.
Descubriendo las Huellas del Pasado
Desde la segunda mitad del siglo XIX, Cantabria ha sido testigo de una investigación continua que ha desenterrado más de 70 cuevas con arte rupestre paleolítico en Cantabria como como La Pasiega, Las Monedas, Hornos de la Peña, El Pendo, Cullalvera, Covalanas, y otras.
A esto hay que sumar las cerca de 130 en todo el norte de España. Todo comenzó con el descubrimiento de las icónicas pinturas de Altamira en 1879 por Marcelino Sanz de Sautuola, marcando un hito en la historia del arte prehistórico.
Superando la Controversia
La autenticidad de Altamira fue inicialmente cuestionada, desatando un acalorado debate en la comunidad científica.
Aunque enfrentó escepticismo, con el tiempo, se reconoció su genuinidad, cambiando la percepción del arte paleolítico. Este episodio pionero allanó el camino para futuras investigaciones y descubrimientos.
Distribución Geográfica y Tipos de Yacimientos
La distribución geográfica de los centros con arte rupestre es esencialmente paralela a la de los sitios habitados tanto en la costa como en el interior.
Las representaciones en las pinturas revelan una fauna que existía en la región durante el Paleolítico superior, con figuras predominantes de caballos, ciervas, bisontes, uros, ciervos y cabras. Se observan cambios temporales en la distribución de temas animales, desde conjuntos estilísticamente más arcaicos hasta una mayor diversificación faunística en el Magdaleniense.
Junto a las representaciones figurativas, se encuentran signos abstractos específicos de la región, como cuadriláteros, acolados y claviformes. Las técnicas de ejecución varían desde grabados profundos y pinturas en color rojo en el arte arcaico hasta el uso de color negro y grabados más variados en el Magdaleniense.
El Arte de Altamira
La cueva de Altamira es la cueva más conocida de Cantabria y es un testimonio excepcional del arte prehistórico, representando el espíritu creador humano con excelencia.
El arte en Altamira abarca técnicas como dibujo, pintura y grabado, con representaciones de bisontes, caballos, ciervos, manos y signos misteriosos que datan de hace 36,000 a 13,000 años atrás.
Las manifestaciones artísticas se extienden por más de 290 metros, destacándose especialmente en la Sala de Polícromos. Los animales más grandes, como caballos y bisontes, fueron grabados y luego detallados con pintura roja o amarillenta. Estas obras de arte reflejan la dualidad hombre-animal y sirvieron como memoria, perpetuación de ideas y mensajes en la sociedad de aquel momento.
A través de imágenes, las historias y temas representados en las cuevas ofrecen una visión de la vida de esas personas, aunque la pérdida de su oralidad y rituales deja incógnitas sobre su significado completo.
Hace 13,000 años, un derrumbe cerró la cueva, preservando las representaciones como el legado más antiguo de la especie humana. El arte en Altamira estaba planificado, desde la elección del soporte hasta el resultado final, combinando técnicas como grabado, dibujo y pintura. Durante más de 20,000 años, comunidades habitaron la cueva, creando figuras abstractas y de animales para expresar pensamientos importantes, ilustrar ideas y acompañar rituales.
El Tesoro Subterráneo de Monte Castillo
Uno de los yacimientos más relevantes es la cueva de El Castillo, descubierta en 1903.
Descubrimiento y Reconocimiento
El Castillo y Las Monedas, dos de las cuatro cuevas, son Patrimonio de la Humanidad desde 2008.
Descubierta por Hermilio Alcalde del Río, El Castillo ha sido el foco de numerosos estudios arqueológicos.
Su depósito estratigráfico de 20 metros proporciona datos sobre la vida humana, tecnología y fauna durante los últimos 150.000 años.
Más de 275 figuras, desde caballos hasta manos, pintadas hace al menos 40.800 años, revelan el desarrollo artístico y simbólico.
Panel de los Polícromos: Clave en la Historia
Este panel destaca por figuras de manos en negativo y animales, proporcionando información crono-cultural clave.
Considerado erróneamente “polícromo”, es esencial para entender la evolución del arte rupestre paleolítico.
Un Viaje a Través del Tiempo
Este fascinante viaje a través del Arte Paleolítico en la Región Cantábrica nos permite reconectar con las raíces culturales de nuestros antepasados. Cada cueva, cada pintura, cuenta una historia única, ofreciendo una visión inigualable de la creatividad y el pensamiento simbólico de aquellos que poblaron la región hace milenios.