Cantabria es una región llena de sorpresas, con una gran diversidad de paisajes y lugares poco conocidos que merecen ser descubiertos.
Más allá de los destinos turísticos más populares, las innumerables playas y el bullicio de Santander en verano, existen rincones secretos que cautivan por su belleza y encanto. En este post repasamos algunos de los lugares menos visitados de Cantabria, pero que seguro te van a gustar.
Valderredible: Eremitorios y Observatorio Astronómico
Valderredible, la localidad más meridional de Cantabria, alberga dos joyas poco conocidas pero fascinantes.
Por un lado, los eremitorios, iglesias rupestres excavadas en cuevas y abrigos rocosos entre los siglos VI y IX, que forman todo un mundo subterráneo. Valderredible tiene la mayor concentración de estos eremitorios en la región, destacando los de San Julián de Valverde, San Pantaleón de Losa y San Millán de Ojo Guareña.
Además, este extenso municipio de 298 km² cuenta con el Observatorio Astronómico de Cantabria, donde se realizan visitas diurnas y nocturnas para observar millones de estrellas en uno de los cielos más limpios de España.
Situado en la Comarca de Campoo-Los Valles, por Valderredible discurre el río Ebro, mostrando uno de los paisajes más bellos de Cantabria.
Este valle de Cantabria es altamente recomendado para los amantes del románico, con numerosas iglesias rupestres y testimonios de este estilo arquitectónico, así como para los amantes de la naturaleza que pueden disfrutar de sus paisajes de montañas, ríos y bosques.
Cabezón de la Sal: El bosque de secuoyas gigantes
A solo 9 km de la conocida Comillas, se encuentra un pequeño bosque con más de 800 secuoyas gigantes que alcanzan los 40 metros de altura y 2 metros de diámetro, una verdadera sorpresa para los visitantes. Este Monumento Natural de las Secuoyas del Monte Cabezón fue declarado como tal en 2003, protegiendo este excepcional bosque.
Las secuoyas fueron plantadas en los años 40 durante el franquismo con el objetivo de proporcionar madera a la industria local, pero cuando ya eran aprovechables, se decidió dejarlas crecer. Hoy, este bosque ofrece un paseo mágico entre estos imponentes árboles, con senderos señalizados, aparcamiento gratuito y un mirador para admirar su majestuosidad.
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Argüeso: El Castillo Medieval
El Castillo de Argüeso, también conocido como Castillo de San Vicente, es una imponente fortaleza medieval de carácter defensivo y estilo gótico, situada en lo alto de un cerro en el municipio de la Hermandad de Campoo de Suso, en el sur de Cantabria. Declarado Bien de Interés Cultural en 1983, este castillo representa el ejemplo más destacado y antiguo de castillo roqueño en la región.
Construido entre los siglos XIII y XV, el castillo perteneció a la poderosa Casa de la Vega-Mendoza hasta el siglo XIX. Hoy en día, tras una cuidadosa restauración, el Castillo de Argüeso funciona como un centro cultural que acoge exposiciones, conciertos, recreaciones históricas y otras actividades.
Ruente: La Fuentona
Ruente es un pueblo del Valle de Saja en Cantabria que alberga uno de los principales atractivos naturales de la región: la Fuentona.
Esta surgencia kárstica, catalogada como Punto de Interés Geológico, brota al pie de una pared de roca caliza y se caracteriza por manar de forma intermitente, llegando a quedar completamente seca por cortos períodos de tiempo.
Según la leyenda, en el interior de la cueva donde nace la Fuentona vive una anjana, un hada buena de la mitología cántabra, que sería la causante de estas intermitencias. Un paseo empedrado permite admirar el nacimiento del río y el puente de nueve ojos que lo cruza, en un entorno de gran belleza natural.
Además de la Fuentona, Ruente ofrece otros atractivos como el humilladero, la casona de la Nogalera y el Palacio de Mier.
Pechón: Las playas salvajes
Pechón es el pueblo costero más occidental de Cantabria, perteneciente al municipio de Val de San Vicente.
Este pequeño pueblo de poco más de 200 habitantes destaca por sus espectaculares playas salvajes y vírgenes, como la Playa de Amió, una lengua de arena de 600 metros unida a un islote rocoso durante la bajamar.
Además del encanto de sus playas, Pechón ofrece un casco histórico bien conservado, con calles empedradas y construcciones centenarias que cuentan la historia de este pueblo fuertemente ligado al mar.
Los visitantes pueden disfrutar de las vistas panorámicas desde el Mirador de Tina Menor, que domina la desembocadura del río Nansa, y explorar los senderos costeros que serpentean entre acantilados y calas.
Bárcena Mayor: Un paraíso rural
Bárcena Mayor es un pequeño pueblo perteneciente al municipio de Los Tojos, situado en el corazón del Parque Natural Saja-Besaya.
Declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1980, este encantador pueblo de poco más de 80 habitantes es considerado uno de los más bonitos de España.
Construido en piedra, madera y teja, Bárcena Mayor conserva intacta su arquitectura tradicional montañesa, con casas de solanas, balcones y portaladas que se organizan en torno a dos calles principales.
El pueblo destaca por la belleza de sus calles empedradas, plazas, lavaderos y otros elementos patrimoniales que transportan al visitante a otra época.
Rodeado de bosques y montañas, Bárcena Mayor ofrece la oportunidad de disfrutar de la tranquilidad y el encanto de un auténtico pueblo cántabro, con la posibilidad de realizar rutas de senderismo y actividades al aire libre en su entorno natural protegido.
Valle de Soba: Naturaleza y tradición
Enclavado en el corazón de Cantabria, el Valle de Soba es un oasis de tranquilidad y belleza natural.
Este extenso valle, recorrido por el río Gándara, afluente del Asón, alberga más de una veintena de pequeños pueblos que conservan intacta su arquitectura tradicional montañesa.
Algunos de los pueblos más destacados son Soba, Lanchares y Villaverde de Soba, con iglesias románicas, casonas señoriales y un entorno de montañas, bosques y prados que invitan a la exploración y el disfrute de la naturaleza.
El Valle de Soba es también rico en manifestaciones artísticas, como la torre medieval de Quintana o la gruta de El Covarón en Manzaneda. Declarado Conjunto Histórico-Artístico, este valle ofrece al visitante la oportunidad de sumergirse en la tradición y la cultura rural de Cantabria, a la vez que disfrutar de sus impresionantes paisajes naturales.