Si bien el norte de España está lleno de ciudades imponentes e innumerables sitios turísticos, existen lugares que permiten vivir experiencias auténticas que nadie debería perderse.
La siguiente lista reúne destinos perfectos para sumergirse en la historia, cultura y gastronomía local. Asimismo, vale la pena ingresar al registro civil Santander e investigar un poco las raíces, antes de continuar hacia la zona donde vivieron los antepasados.
En definitiva, aunque el halo de misterio y encanto natural que envuelve a la capital cántabra la convierten en una de las grandes protagonistas del norte español, los pueblos mencionados no solo se consideran entre los más bonitos del país, sino que atesoran parte de los secretos mejor guardados de la región.
Comillas, la forma más sencilla de descubrir Cantabria
El primero en la lista es un pueblo que refleja la esencia de Cantabria.
Ubicado a 50 kilómetros de la capital, Comillas tiene especial valor histórico. Para empezar, la también denominada Villa de los Arzobispos presume de un casco antiguo donde convergen construcciones que datan de la Edad Media.
Sin embargo, su principal atractivo está asociado con el estilo arquitectónico modernista, siendo El Capricho el edificio más icónico del lugar. Antoni Gaudí es el autor de este increíble palacio, el cual brillan entre un despliegue de joyas encabezadas por la Fuente de los Tres Caños y el Palacio del Marqués de Comillas.
En cuanto a sus escenarios naturales, se destaca por la belleza de sus playas, el Parque Güell y Martos, así como el Parque Natural de Oyambre.
Santillana del Mar, donde se funde el arte y la historia
Aunque es uno de los pueblos más pequeños de la zona, Santillana del Mar atrae a cientos de curiosos que deseen conocer la famosa cueva de Altamira. Desde su descubrimiento por Modesto Cubillas en 1868, esta cavidad despierta la atención gracias a su colección de pinturas rupestres.
El arte paleolítico que guarda se considera el más importante del continente. Ante la imposibilidad de acceder a su interior, tenemos que conformarnos con apreciar la réplica exacta construida en el Museo de Altamira.
Otros atractivos imperdibles del lugar son la Colegiatura de Santa Juliana, la Casa de los Valdivieso y el Palacio de Velarde. El primero se recomienda a los visitantes que desean vivir una experiencia medieval.
Laredo, villa marinera con encanto
Los amantes de los escenarios marítimos tienen una cita obligada en Laredo.
No solo forma parte de las cuatro “villas marineras” y tiene aparición destacada tanto en El Quijote de Cervantes, como en las cantigas de Alfonso X “El sabio”.
Asimismo, es una de las localidades perfectas para apreciar los aspectos que definen a la esencia del Cantábrico. Entre sus mayores atractivos sobresale Puebla Vieja.
Compuesto por seis calles, esta zona ofrece un despliegue de obras medievales que abarca desde iglesias y torres, hasta conventos, casonas y los vestigios de la antigua muralla. Los palacios y mansiones no se quedan atrás, por ello, resulta indispensable recorrer el Palacio de las Cuatro Témporas y el Centro Cultural Doctor Velasco.
Potes, turismo rural sin punto de comparación
En 2020, Potes fue reconocida como la Capital del Turismo Rural, una distinción muy bien merecida, teniendo en cuenta la belleza de la comarca de Liébana. Para empezar, hablamos de un enclave natural situado a los pies de los Picos de Europa.
Después de la conquista de América, se convirtió en unos de los sitios favoritos de los “indianos”, una vez que regresaron del nuevo mundo colmados de riquezas. De esta manera, se levantaron un sinnúmero de palacios y construcciones civiles que competían en elegancia y hermosura.
El centro de la Villa se considera un Bien de Interés Cultural en la actualidad. La Torre del Infantado y la iglesia de San Vicente son dos de sus sitios icónicos, aunque basta con recorrer sus calles para desear volver.
Bárcena Mayor, un sitio con encanto natural
Si bien la población de Bárcena Mayor no supera los cien habitantes, tiene un puesto privilegiado en lista que reúne a los destinos turísticos más atractivos del norte de España.
A diferencia de otras localidades, carece de monumentos importantes o grandes construcciones, su potencial radica en el encanto, sobriedad y sencillez que destila la arquitectura montañesa.
Su propuesta arquitectónica está rodeada de paisajes naturales de gran belleza. De esta manera, podemos apreciar un pueblo que parece estar enmarcado entre imponentes bosques de robles y hayas. Si de recomendaciones se trata, sin duda es alcanzar la cima del pico Alto-Abedules, la experiencia que ningún senderista puede perderse.